La diversidad funcional es una forma más inclusiva de referirse a las personas que presentan alguna discapacidad. Esta terminología busca alejarse del enfoque médico tradicional que tiende a estigmatizar a las personas con discapacidad como «enfermas» o «deficientes», y en cambio, enfatiza la idea de que todas las personas tienen habilidades y limitaciones diferentes, y que estas diferencias deben ser aceptadas y valoradas.

 

Al adoptar la perspectiva de la diversidad funcional nos enfocamos en las habilidades y fortalezas que cada persona tiene, y buscamos formas de promover la igualdad de oportunidades y el acceso a recursos y servicios para todos.

 

Las personas con diversidad funcional en el ámbito laboral son un gran potencial que, por el momento, está infravalorado. Su incorporación en las organizaciones supone, no solo cumplir la legislación nacional e internacional sobre igualdad de trato, no discriminación e igualdad de oportunidades, sino aprovechar recursos eficientes y responsables para la empresa.

 

Por todo ello, una persona con diversidad funcional puede desempeñar su trabajo con total eficacia, siempre y cuando sea el adecuado a su formación y cuente con los medios apropiados para el desarrollo efectivo del mismo. Así, deberíamos encontrarlas realizando cualquier función dentro de la empresa.

 

Fuentes:
“Personas con discapacidad en el ámbito laboral” Salud laboral y discapacidad.org