Cuando factores como la presencia física, el sexo, la edad, el origen cultural o el lugar de procedencia son más importantes que el talento o la experiencia, toda la sociedad pierde.

 

Con frecuencia, las personas encargadas de la selección de personal tienden a discriminar a potenciales trabajadores en base a sus características físicas, ya que usan la imagen exterior de las personas como un indicador de productividad, debido a la existencia de prejuicios raciales y estereotipos, que son reforzados por diferencias en oportunidades de acceso a la educación, la capacitación y a diferencias culturales que se pueden observar en los comportamientos y el lenguaje.

 

Fuentes:
“Mi cara no es mi currículum” Cruz Roja Española